Los primeros coches marca Fiat aparecieron en la Argentina en 1900, cuando los hermanos Mestrallet, propietarios de un almacén de ramos generales en “el Bajo” de Buenos Aires importaron tres ejemplares del modelo Victoria 6 HP. Cabe señalar que de este modelo, fabricado sólo durante 1900 y 1901, se produjeron apenas doce unidades.
Durante los años siguientes, y siempre en forma particular, continuaron llegando al país autos de la marca italiana. Finalmente, terminada la Primera Guerra Mundial, la compañía decidió establecer una filial local, lo que hizo bajo la denominación Sociedad Anónima F.I.A.T. Turin – Sucursal Argentina.
La nueva firma instaló sus oficinas y talleres en un edificio ubicado en la esquina de Godoy Cruz y Demaria, en el barrio porteño de Palermo. Desde allí la empresa comenzó a importar y distribuir automóviles del modelo 501 de cuatro cilindros, 1.460 cm³ y 23 HP, además de tractores, arados, camiones, motores marinos y piezas de repuesto
En 1923 la compañía pasó a denominarse Fiat Argentina S.A., al tiempo que abría un show room en la esquina de Av. De Mayo y Perú. Paralelamente,
En 1959, el modelo elegido para ser el primer Fiat argentino fue el 600, un coche que había nacido en Italia en 1955 como parte de la política desarrollada en casi todos los países de la Europa de posguerra para motorizar a su población. Y con este objetivo había sido creado. Sus principales virtudes eran su pequeño tamaño, su bajo consumo y su precio. Poco después de su debut en su patria de origen, estos simpáticos coches comenzaron a poblar las calles argentinas, convirtiéndose en el auténtico sucesor del “Topolino”.

El gobierno argentino aprobó sin problemas la propuesta de la empresa italiana para invertir 4,5 millones de dólares para la construcción de una planta en la localidad de Caseros, Provincia de Buenos Aires (con oficinas en Cerrito y Viamonte, de la Capital Federal), y pronto se inició la producción. Así fue como el 8 de abril de 1960 salió de la planta de Caseros el primer Fiat 600, de color gris claro y equipado con un motor de 633 cm³ y 28 CV, lo que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 100 km/h.
Siguiendo los criterios expresados en el régimen de la Industria Automotriz que permitía la nacionalización por etapas de los componentes de un auto, los primeros 600 tenían el 90 por ciento de sus piezas importadas de Italia. Muestra de ello son que estos primeros tableros tenían los textos en italiano: “Aqua”, “benzina”, “olio”, etc. Una encuesta realizada por entonces indicó que el 48,4 por ciento de los consultados calificaba al auto como “Excelente”. Los puntos más altos fueron los frenos, luces y estabilidad, los cuales recibieron el 61 por ciento de la máxima calificación. Por su parte, el aspecto peor calificado fue la capacidad del baúl.
Entre 1962 y 1963 el “Fitito” no sufrió cambios de importancia. En 1964 el motor fue llevado, como en Italia, a 767 cm³ y 32 CV, lo que le permitió a la firma agregarle la letra “D” al 600. Esta versión, también conocida como Fiat 750, alcanzaba una velocidad final de 110 km/h.
En 1965 llegó el Fiat 600 E, con la misma cilindrada pero ahora con 36 CV. Sí se modificó su relación de compresión, que se redujo de 7,8 a 1 a 7,5 a 1, con lo que se podía utilizar la nafta de 83 octanos (“común”) en vez de estar obligados a emplear la de 88 octanos (“Especial”), más cara. Este modelo aportó la plataforma para la construcción del único convertible argentino producido en serie, el Fiat 800 Spyder.
En 1968 apareció el 600 R, con un completo rediseño en su interior, trompa con parrilla cromada, paragolpes con defensas y llantas sin tazas.
Ya era el auto más popular de la Argentina y su producción oscilaba las 1.800 unidades mensuales. La última letra que lo identificó fue la “S”, que acompañó la adopción del motor de 843 cm³ (aunque conservaba la potencia de 36 CV). Esta versión se caracterizó por el profuso uso de elementos de plástico, como la parrilla, aros de farol y plafón de luz de patente, y la incorporación de muchos elementos provenientes de su hermano español, denominado allá Seat 600. La corriente de austeridad le hizo perder también el encendedor, en cuyo lugar se colocó el sapito del limpiaparabrisas
En 1976 Fiat consiguió el récord de unidades fabricadas de un solo modelo, con 250.000 vehículos desde 1960. Cuando la producción del 600 cesó, en 1982, la última unidad, con el número “300.000” fue sorteada entre los periodistas que asistieron al evento de despedida del modelo.
Fuentes:
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-Investigacion realizada por geocities.com//cochesargentinos/
. Revista parabrisas ©PARABRISAS, Noviembre 1960
.Videos: youtube.com
Podes conocer mas visitando:
http://fiat600patagonia.com.ar/
https://archivodeautos.wordpress.com/2016/03/07/las-versiones-del-fiat-600-de-argentina/amp/